Chile ya está preparado para tener un transporte público 100% eléctrico
Estos vehículos tienen menores costos operacionales y ya son más eficientes que los diesel.
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China es uno de los países que registra la tasa de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) más alta del mundo. Pero también el país donde operan más autobuses eléctricos, llegando a 170 mil, concentrados en las ciudades de Pekín, Shangai y Shenzhen. Una medida respaldada por una política del gobierno que busca producir 1,67 millones de vehículos eléctricos y crear 1,2 millones de puestos de trabajo anualmente a 2020.
El gerente de E-Solutions de Enel Chile, Simone Tripepi, dice en China ya hay ciudades en que el transporte público eléctrico constituye el 100%.
“Visitamos Shenzhen, donde está la empresa ByD, fabricante de estos vehículos, donde circulan 20 mil buses eléctricos. Estamos hablando de distintas experiencias que progresivamente convergerán en masificar la electromovilidad en todo el mundo”, afirma.
Este no es el único país que busca mayor sustentabilidad. Si bien, la mayoría viene trabajando desde hace varios años por reducir las emisiones, el Acuerdo de París de 2015 fue clave para comprometer a las naciones para reducir sus metas de generación de GEI y lograr contener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2° y así limitar el impacto del cambio climático. Y una de las formas de hacerlo, es reemplazando los vehículos bencineros y diésel por eléctricos.
Europa, pionera
En noviembre 2013, nació el proyecto, Zero Emission Urban Bus System (ZeEUS), financiado por la Comisión de Movilidad de Transporte de la Unión Europea (UE), que busca avanzar hacia soluciones de transporte urbano full eléctricas.
De acuerdo a un informe de ZeEUS, en 2020 habrá 2.500 autobuses eléctricos, correspondiente a 6% de la flota total que asciende a 40.000 vehículos que circulan por 25 ciudades. Además, 13 operadores de transporte público en otras 18 urbes europeas pondrán en marcha 6.100 autobuses eléctricos en 2025.
París, Copenhague y Londres destacan entre las capitales europeas que se han unido a la opción eléctrica. En esta última el cambio ha sido paulatino desde hace unos 10 años. De un total de 9.200 buses, 2.500 son híbridos, 71 eléctricos y ocho cuentan con celdas de hidrógeno, tecnología que transforma este elemento en electricidad y termina emitiendo vapor de agua. Cifras que pretenden aumentar hasta llegar a 2037 con una flota 100% eléctrica.
Los beneficios no son pocos. Javier Pereda, académico del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica de Chile (UC) y quien vivió en la ciudad británica, explica que los buses eléctricos reducen la contaminación ambiental, ya que a diferencia de los diésel, no emiten CO2 ni óxido de nitrógeno, elementos nocivos para la salud; reducen a casi al máximo la contaminación acústica y dan una mayor calidad de viaje al usuario, por una mejor aceleración y, por ende, menos fallas.
A las ventajas para el medio ambiente se suman las económicas, pues la mantención de los buses eléctricos es un 30% de los diésel.
Avances locales
Chile comienza a dar los primeros pasos. En mayo de 2016 debutó el primer bus eléctrico impulsado por Enel (Chilectra en esa época) y la Municipalidad de Santiago que operó durante un año en el centro de la capital, dejó de emitir 15 mil toneladas de Co2.
El martes se dio un segundo paso al presentar dos buses del Transantiago marca BYD, adquiridos por Enel y que serán operados por Metbus para el recorrido 516.
El próximo paso será más contundente: 90 de los nuevos buses del transporte público serán eléctricos y la idea es seguir aumentando el número en las nuevas licitaciones.
Para esta etapa, Enel se comprometió a construir y entregar los puntos de recarga y suministrar la energía para los buses que se incorporen al transporte público, además garantiza las obras en la red de distribución y el monitoreo y mantenimiento de los puntos de carga; un contrato de energía a 10 años, y gestión de la demanda.
Esta semana, el Ministerio de Energía adelantó los lineamientos de lo que será la Estrategia Nacional de Electromovilidad, la que podría llegar a ser ley, y que busca, entre otras medidas para incentivar el uso de vehículos eléctricos, contar con vías segregadas, certificación y homologación de cargadores, y patentes y seguros especiales.
Transantiago eléctrico, a la vuelta de la esquina
Para el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Gremial de Generadoras de Chile, Claudio Seebach, la electromovilidad ya es una realidad en el mundo, por lo tanto, hay que tomar conciencia.
De acuerdo al estudio “Escenarios de usos futuros de la electricidad”, encargado por la gremial a la consultora E2Biz este año, un Transantiago 100% eléctrico es perfectamente factible en 2030, porque los costos y el tamaño de las baterías han ido bajando, y lo seguirán haciendo aún más.
La investigación señala que un bus eléctrico con costo de batería bajo los US$ 100 / KWh, logra competitividad con vehículos de combustión interna, una cifra que se lograría hacia 2020.
“Hoy, el bus eléctrico le gana la carrera al diésel. El problema es más bien de costo e inversión, de acuerdo a nuestro estudio, un bus puede costar $ 280 millones, inversión que se podría recuperar en un plazo de 11 años”, afirma.
Añade que las condiciones para que esto ocurra ya están dadas, porque se cambiaron los plazos en la normativa de licitación, de manera que los buses puedan recuperar la inversión.
Respecto de los lineamientos de la Estrategia de Electromovilidad anunciada por el Ministerio de Energía, señala que “los incentivos deben estar pensados en los bienes públicos y no en las personas”.
Por último, respecto de si el sector de la generación eléctrica está preparado para enfrentar el potencial aumento de la demanda de energía por el incremento de los vehículos eléctricos, sostiene que “es completamente asumible”; porque en los próximos años se irán incorporando cada vez más energías renovables que permitirán atender las múltiples demandas.